C

C
Soy el humo de una vida mal apagada.

4 jun 2013

Heridas emocionales.

Cuando te caes y te haces una herida, los impulsos nerviosos hacen que sientas dolor, notas el palpito de la piel herida y te centras en el dolor que te causa. 
Las heridas físicas tienen remedios, para eso está la medicina, pero las heridas emocionales, son algo más complicadas.. 

Hay dolores que se nos quedan dentro durante mucho tiempo, no hay pastillas ni remedios caseros para sanar al corazón, eso es algo que ya se sabe. 
Nuestra mente al cabo de un tiempo lo intenta olvidar. Es como un mecanismo de defensa, igual que si pones el dedo en la llama de un mechero y rápidamente lo retiras porque tu mente ha recibido la información del dolor a través de los impulsos nerviosos.  Esto lo hace, para que podamos continuar con nuestras vidas, con  nuestra rutina, porque al fin y al cabo seguimos vivos. Sin embargo, es imposible olvidar el dolor cuando aún palpita, cuando aun lo podemos sentir, como herida abierta en la piel. 

Desde luego, el dolor se alimenta de los recuerdos, las experiencias vividas, los sentidos...  de todo aquello que le permita permanecer vivo. Y por eso nos agarramos a nuestra última esperanza, el tiempo. Como un medicamento capaz de calmar el dolor de la herida. Pero nuestra mente nos engaña, creyendo poder olvidar mientras pasa el tiempo, que en teoría nos curará. 
Pienso, que el tiempo no sana el dolor, le da la oportunidad de crecerse dentro de ti, haciéndose parte de tu estado,  como la herida que se convierte en cicatriz. 

Vivir con dolor, es algo insufrible, pero sin duda es lo que nos hace sentirnos vivos. Y cuando duele demasiado... tanto, que parece que se estuvieran obstruyendo las vías respiratorias dificultando así la circulación del aire y haciendo que el corazón se valla apagando, cuando duele así, no es ni mucho menos algo que se parezca a un ataque de ansiedad, realmente es el dolor quien ataca para que te des cuenta que sigue ahí, que aún estas vivo. 

Miedo a seguir sintiendo ese viejo dolor, que mi mente olvido, pero que en mi corazón se escondió.