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Soy el humo de una vida mal apagada.

9 may 2015

Flash Back

Hará algún  tiempo le perdí el sentido a escribir. No sé como sucedió, lo que antes sostenía mi alma, de repente dejó de hacerlo. Supongo que dejé de tener un motivo para escribir, que dejé de sentir, que dejé que los días, uno tras otro me ahogaran en su constante Pasar ...

Sin darme cuenta estaba rodeada de personas, personas que tras esos días juntos crearon un vínculo conmigo. Sin embargo, me volvió una Pasar ... 


Me vi a mi misma, a mi YO del pasado haciéndome de sombra y a mi yo del futuro hablándome al oído. Entonces, mi mirada volvió a cruzarse con mi sombra y sin más, se apagó. En uno de esos días que pasaban, junto a las personas que formaban parte de mí  y me hablaban y me hablaban...  de repente, todo a mi alrededor se puso en mute y escuché las voces de un futuro que había olvidado. Cuánto más intentaba volver a escucharlos, menos podía volver a oírles. 


Estoy hablando de una milésima de segundo por la que volví a sentirme excluida de un mundo del cual nunca me sentí hija. 

¿Cómo puede ser que mi pasado y mi supuesto futuro sean capaces de anular mi presente? 
No, no esteban anulando el estado de mi tiempo, me anulaban a mí. El tiempo, está claro que es imperturbable. 

Lo que está claro es que,  después de aquellos años en guerra llegó la calma. Y esperé... y esperé... pero la tormenta nunca más volvió. En ese instante sentada en aquel banco, con aquellas personas, me volví una sentir naufrago en tablilla de madera mecido por el constante vaivén de la marea. 


Me Deje ir ...


El agua salina mal curó mis heridas de guerra y tras los años las cicatrices se hicieron dueñas de aquel cuerpo que flotaba en un océano interior llamado mente. 


Y en otro plano, mi cuerpo, mi verdadero cuerpo. Estoy refiriéndome al cuerpo físico, aun no había abandonado el campo de batalla. Como un flash back, cada vez que mi mirada se cruzaba con mi sombra, por una milésima de segundo, regresaba a mi cuerpo físico, y al mirar a mi alrededor lo único que veía era una masa de cadáveres. Y a mi, me veía a mi, en medio de aquella colección particular de carne y hueso que ahora pertenecían a La Muerte. Estaba clavada en el suelo, sostenida por una lanza que traspasaba mi centro, con una mano agarrándola y con la otra casi rosando la tierra. 


¿ Viva ? Si, pero en el fondo había dejado de luchar, seguía respirando, pero me quede allí, incapaz de salir. 


Los demás habían tenido suerte, al menos murieron y olvidaron. 


No, no estoy deseando la muerte, solo estoy contando mi "Milla Verde" comparándola con esa sombra que me sigue a todas partes y me condena a revivir y a traspasar las puertas del infierno, una y otra vez ... 


Continuará ...