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Soy el humo de una vida mal apagada.

21 sept 2014

La noria.

Escribo como respondiéndote. Tal vez, no le encuentres sentido, quizás no debas buscárselo . Pues de todo esto aprendí que en la vida no todo tiene sentido, no llegamos a entenderlo todo.
 Vi que cada persona tiene su propio mundo y a pesar de que deberían de ser semejantes al nuestro y conectarse por ciertos puntos de conducta o hábitos, lo cierto es que las personas son impredecibles. Te quebrarás las cienes intentando entenderlo, incluso salvarlo, porque simplemente su mundo te importa, pero bien debes de saber y bien debes de tener en cuenta que tal vez y simplemente, la respuesta está en su propia voluntad. No todo el mundo quiere ser salvado, es más, muchas personas nacen sentenciadas por sí solas, no te estoy hablando del destino, te hablo de la posibilidad de elegir, eligen ser muertos vivientes. Y aunque se esfuerzan por amar, son incapaces de mantener el amor. Hubo un tiempo, un punto en las vidas de estas personas, en las que sí pudieron ser salvadas, pero... el libre albredrio no viene precisamente con indicaciones.
 Ahora te hablo del transcurso de la muerte. Ese fatídico punto  donde ya no hay retorno, donde ya se ha elegido, y  el destino si es que es así, queda marcado, o tal vez el azar, sea lo que sea te encuentra. En ese transcurso, es donde se la ha encontrado. 

Y seguramente no debió de haber vivido todo esto, y a estas alturas lo que queda es esperar y rezar para que el oscuro futuro de su mundo no afecte ni marque el propio.

Mi cordura me impide hablar en exceso, mi peso es llevar esta condena en silencio, mas intento salvarte la vida, el tiempo y la pena a ti, ya que conozco el dolor que aguardas,  sin saber más allá de él. Me basta con eso y aunque yo no soy nadie y estás palabras lleguen lejanas a tus sentidos lo único que sé es que no puedo permitir que nadie más caiga en esa noria de vidas descontroladas que cae vertiginosamente al vacío sin freno y sin conciencia. Al igual que caí yo, pues yo, tuve que apearme de esa noria como un suicida al precipitarse de un edificio  de cien plantas, para caer directamente sobre el asfalto. Sin embargo, puedo decirte que no era asfalto lo que me esperaba de esa caída, que ojalá lo hubiera sido. Era algo aun peor, esa  noria de vidas descontroladas me dejo tan mareada, enajenada y perdida que sin darme cuenta me precipité hacia un agujero negro más profundo aún que el corazón de los demonios de las personas que en aquella noria conocí. Es más, diría que sus demonios se apearon conmigo para no dejarme escapar tan fácilmente. Es todo lo que vengo arrastrando desde que me tiré. 
Puedo decirte que al principio, era increíble estar ahí subida, lo sentías todo, el vértigo, el viento, la velocidad, todo pasaba ante ti como si nada. Si eras capaz, te quedabas con ciertos momentos puntuales pero en general era todo un caos en círculos. Sentías el descontrol de tú propia vida acompañado de las suyas y te daba igual, lo único en lo que pensabas era en que esa sensación no desapareciera jamás. Pero yo siempre tuve una escalofría intuición sobre todo aquello que me rodeaba, en concreto sobre una de las vidas que me rodeaba. Muchas veces aunque seguía girando y girando, entre tanta locura, encontré ciento sentido común. Fue ese "algo" que encontré, lo que me hizo reaccionar a tiempo. No puedo decirte exactamente que fue, ni aunque lo supiera, pues ya te vengo diciendo que no puedo rebelar ciertas cosas, recuerda que esto solo son palabras que te deben de llegar muy lejanas.  Al menos ya que estás ahí subida supongo que intento ser ese "algo" en ti, que a mí me hizo bajar definitivamente. Pues a pesar de que lo que vino después fue una agonía en toda regla, lo que es seguro es que el pasar por todo aquello me sirvió para darme cuenta que es necesario, en medida y hasta donde puedas, mantener en tú propia mano el control de tú vida. No debes dejarte llevar por ese conjunto de vidas, que pintan atractivo  el girar hacia la nada, el caos y la locura, ya que lo único que conseguirás es una continua sensación de fatiga, inestabilidad, pérdida y desasosiego al ver todo lo que está pasando ante tus ojos y no poder pararte a disfrutar de ello.  
Todo lo que te estás perdiendo por una simple sensación mundana, por esos miedos, por ese "no entender ciertas vidas" por esa frecuente manía humana de negar la realidad que tenemos, haciéndola horrible a ojos nuevos al huir de esa forma, porque lo que estás haciendo y que quede muy claro, y lo que yo también hice fue en todo momento, huir. Huir de una realidad, que sea cuales sean las causas o las situaciones, no nos gustaba. Por eso nos parece tan morboso estos mundos, de estas personas, que de tanto huir en sus norias, han perdido prácticamente la posibilidad de elegir volver a la realidad. Imposible salvarlas y si lo sigues intentando lo único que conseguirás es que su noria te aplaste y te pase por encima sin inmutarse y sin mirar atrás. Pues los que están ahí subidos no sienten nada más que una adicción por la autodestrucción. Y no mirarán por nadie ni por nada. Pasarán por cualquier cadáver vivo o muerto, hasta que sus cadáveres sean lo único que sientan crujir.  

Seguramente no entiendas nada, yo no tengo el talento suficiente aun como para hacer de mis ideas textos coherentes y fáciles de entender. Pero ahí queda mi vana intención. Ya que no pude salvar su mundo, tal vez, llegue a tiempo al tuyo. Porque por alguna razón siempre me sentí en deuda con su vida, pues su tristeza de alguna forma se encontró con la mía. Eso quiero pensar, puede que solo fueran mis ganas de que alguien encontrará mi tristeza. Seguramente no sea una gran razón para haberme subido a esa noria, pues esa tristeza en vez de aliviarla la aumento, pero... desde luego también aprendí que ningún clavo es capaz de sacar a otro clavo. Y por tanto la tristeza ajena es incapaz de curar la propia, solo la aumenta y la desborda, como cuando se juntan dos ríos y se hace fuerte su corriente. 

Esa noria fortaleció mi tristeza y la aumento a otros niveles. Y ahora solo me queda cargar con está condena de, solo yo,  saber descifrar cada punto de este texto. De saber el final de su noria, de haber girado en ella, de haberla perdido o de haberme tirado por salvarme yo, y de no poder hacer nada sabiendo que si tal vez hubiera hecho algo diferente, tal vez... siguiera viva muchos años más. 


Este texto, es solo un preludio a una historia más compleja, que aún soy incapaz de escribir. Si os fijáis los "Tal vez" son bastante redundantes. 

Mis albedríos si llevan indicaciones.

PDT; Perdonen, las faltas y las incoherencias, ya lo arreglaré, 

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